Un tributo al escuadrón VF-17 Jolly Rogers
Este proyecto fue iniciado y abandonado muchas veces sin una explicación lógica, o quizá no estaba preparado técnicamente en aquel momento para llegar a un buen resultado… lo que sucedió finalmente mediados de 2025.
El kit… un modelo clásico en escala 1:48 de Tamiya, es altamente recomendable, cada pieza tiene un encastre perfecto, aunque hay zonas que requieren atención especial, como el sistema de alas plegables.
Por otro lado los cristales son de una calidad asombrosa, las calcas con 2 esquemas diferentes, me dieron batalla… muy duras… pero esto pudo deberse a que entre su adquisición y la aplicación de las mismas pasaron al menos cinco años.
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El legado del VF-17
Formado en 1943, el escuadrón VF-17 fue el primero en operar el F4U Corsair en combate. Bajo el mando del teniente comandante Tommy Blackburn, adoptó el nombre “Jolly Rogers” y la insignia de la calavera y los huesos cruzados, inspirados por el nombre del avión: Corsair.
El “Big Hog”, avión personal de Blackburn, se convirtió en símbolo de agresividad y eficacia. Durante sus despliegues en las Islas Salomón, el escuadrón logró 152 victorias aéreas, formó 11 ases y alcanzó una tasa de bajas de 8:1, ganándose el apodo de “Whispering Death”.
Hoy, el legado del VF-17 vive en el escuadrón VFA-103, que vuela el F/A-18 Super Hornet y mantiene la insignia de los Jolly Rogers como emblema de la Aviación Naval.
El proceso de armado
Desde el inicio, el objetivo fue capturar la esencia del “Big Hog” con fidelidad histórica y una ambientación que evocara las Islas Salomón. Las alas plegadas, típicas de los cazas embarcados, demandaron ajustes para lograr una posición natural y convincente. La cabina fue enriquecida con cristal liquido para simular los instrumentales, mientras que la figura del piloto, posada sobre el ala, aporta narrativa y contexto.
Modelo terminado
Este modelo fue una experiencia agotadora, no solo por el tiempo invertido en cada detalle, sino por lo que representa: una cápsula de historia, técnica y homenaje. El “Big Hog” no es solo un avión; es un símbolo de audacia, precisión y legado. Y poder recrearlo en escala, con respeto y dedicación, es una forma de mantener viva esa memoria.
Finalmente decidí representarlo en una base en lo que imagino serán las islas Salomón donde operaron con tremendo éxito, la base ese imprimió en 3D y la superficie se construyó utilizando la textura desierto de la firma Komboloi.
Espero disfruten el resultado que se observa en la galería de fotos y los videos que mas abajo les dejo.













































Excelente Ale, combinando multiplataforma para ver el paso a paso. Me encanta el F4!